Cómo el calzado de seguridad protege tus pies de riesgos eléctricos
22 de Agosto de 2025

El calzado de seguridad en Alcobendas diseñado para la protección contra riesgos eléctricos cumple una función fundamental en entornos laborales donde el contacto con corriente eléctrica es posible. Estos zapatos o botas están fabricados con materiales que impiden la conducción de electricidad, reduciendo significativamente la probabilidad de sufrir descargas eléctricas. La suela, generalmente elaborada con goma o poliuretano, actúa como una barrera entre el pie del trabajador y el suelo, aislando de posibles corrientes. Esto es especialmente importante en superficies húmedas o metálicas, donde el riesgo de accidente aumenta.


El diseño de este tipo de calzado sigue normativas específicas que establecen límites máximos de conductividad, como bien sabemos en Gerescol. Cumplir con estos estándares garantiza que los zapatos proporcionen un nivel mínimo de resistencia eléctrica que protege al usuario. Además de la suela, otros componentes como la plantilla y el forro también contribuyen a la seguridad, asegurando que la corriente no llegue al pie. Los fabricantes someten el calzado a pruebas rigurosas antes de su comercialización, verificando que la resistencia eléctrica sea adecuada y que no haya defectos que puedan comprometer la protección.


El calzado de seguridad en Alcobendas para riesgos eléctricos no solo previene descargas, sino que también disminuye la posibilidad de quemaduras o lesiones graves en caso de contacto accidental con cables o equipos energizados. Su uso es obligatorio en muchas industrias, como la construcción, la electricidad y la fabricación, donde los trabajadores están expuestos de manera constante a conductores eléctricos. La correcta elección del calzado depende del nivel de tensión presente en el entorno laboral. Algunos modelos están diseñados para bajas tensiones, mientras que otros ofrecen protección frente a niveles más altos.


Mantener el calzado en buen estado es esencial para asegurar su efectividad. Cualquier daño en la suela, desgaste excesivo o humedad prolongada puede reducir la capacidad de aislamiento eléctrico. Por esta razón, las inspecciones periódicas y la sustitución de calzado deteriorado son prácticas necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores.

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